Siento que el cuerpo ya ha emprendido la marcha, mi respiración marca las pasos que me alejan de la realidad. Allí esta ella, esperándome sentada, en ese lugar donde mi mirada fue prisionera de su belleza. Otra vez, puedo volver a tocar sus mejillas, mirándola fijamente a los ojos, verdes como esmeraldas.
Que preciosa eres, dibuja mis labios sin escuchar las palabras, ella siempre se estremece a tantos cariños de seda. Frágil a la vista, pero de carácter luchador. Esa es ella, una amapola, capaz de florecer en lugares mas hostiles; pero dando belleza allí donde emerge.
Curiosos los sueños, te hacen recordar el gran poder del corazón, que deja libertad a armas tan peligrosas pero a la vez tan necesarias. Mi miedo lo vencí, reconociendo lo feliz que fui. Aunque los finales felices, se reservan a cuentos de princesas y príncipes, yo tengo en mis sueños el castillo, y allí, tengo su trono guardado desde sus quince años.
Cada día el deseo de las noches mas largas, hacen olvidarme de vivir la realidad, todo sueño queda reflejado en los buenos recuerdos, me alegro de tenerlos, porque a día de hoy no ha habido nadie, que me haga soñar tan profundamente sin desear despertar....
1 comentarios:
cuando mas leo esto mas oigo mi propio suspiro, animo amigo se nota qu sientes lo que escribes...
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